miércoles, 13 de agosto de 2008

LAS PAREJAS DISPAREJAS QUIEREN HIJOS. Por Diana Rodríguez (exalumna 2007)


Sin tapujos ni conservatismos. La sociedad vive en la realidad alrededor de una serie de nuevos pensamientos que han venido surgiendo a raíz de la liberación de ideas y todos aquellos condicionamientos que pone el mundo para que exista una armonía general. Uno de los temas que más generó polémica durante su publicación fue la unión de parejas del mismo sexo. Es verdad que todo ser humano es libre y por lo tanto se respeta su orientación sexual que es indiscutible, el mundo ya toma este tema como uno de los tantos ademanes de la sociedad y casi nadie está ya interesado en discutir sobre eso, sólo unos pocos como la comunidad religiosa que se ha pronunciado en varias ocasiones. Pero cuando se habla de que aquellas parejas tengan la posibilidad de adoptar y supuestamente “conformar una familia que se integre como normal en la sociedad”, ¿será que esto va a ser posible algún día? ¿Cuál es la relación moral en este tipo de casos? ¿Acaso existe?


La Academia de Pediatría de Estados Unidos y la OMS afirmaron que las parejas gay puedan adoptar niños. Llegaron a esa conclusión luego de años de elaboración de diversos estudios que concluyeron que los niños educados por ellas no difieren de los niños criados por parejas heterosexuales. [1] Según el estudio que realizó la OMS (organización mundial de la salud) que determinó esto como válido para las parejas homosexuales, y a partir de ahí han venido apareciendo una serie de leyes y tratados que proponen la adopción especialmente en países Europeos como Inglaterra, Francia; España y Alemania, que son los más abiertos acerca del tema pero ¿Qué sentiría un niño si al levantarse viera en la alcoba dos hombres o dos mujeres dándole los buenos días? ¿Será justo que los niños vivan en un ambiente así? Un gran motivo por el que defienden esta posibilidad es la igualdad de derechos, aparte de los estudios que realizó la OMS que dice que “la homosexualidad no es una enfermedad mental, salvo en los casos de “egodistonía”, es decir, de conflicto por la orientación homosexual.”[2]
Pero aunque esta justificación sea una certeza para defender esto, se podría ver el caso y analizarlo desde un punto de vista más ético, moral, psicológico y religioso, porque nos podemos preguntar ¿hasta dónde puede un niño llegar a ser influenciado por un amiente así? La verdad es una posición muy subjetiva, ya que es un tema con muchas variantes a analizar, sin embargo lo más lógico para una próxima generación sería separar las uniones gays a las que no hay por qué discutir, y mejor comenzar a debatir entre aquellas parejas que desistan de esa absurda idea de la adopción, porque por mas estudios que día a día aparezcan lo cierto es que un niño no va crecer en las mismas condiciones de respeto hacia él mismo y aunque el mundo está ya muy abierto a este tema es mejor que los niños dejen de saber muchas cosas durante su infancia, crezcan en un ambiente sano y que se conserve su inocencia hasta donde sea posible.
[1] www.enplenitud.com
[2] www.oms.org